martes, febrero 17, 2015

Un guiso de pavo (PAVO ORG 2.0)

Esta semana les tengo una receta que pueden adaptar a partir de dos comensales en adelante. Si quieren ir directo a leerla y luego volver arriba y leer sobre el origen de la misma, es válido. A cocinar y buen provecho.

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Yo soy medio fanático de la comida cajún (quizá lo correcto sería decir que soy fanático a unos cuatro platos que he probado), caracterizada por un constante uso de especias (pimienta negra, pimienta de cayena, el pimentón en polvo, ajo en polvo, entre otros) y en ocasiones incorporar licor. Creo que desde que traté de replicar alguno, comenzó una curiosidad loca por buscar estas especias y agregarlas a cualquier plato. Aprendí un poco sobre las diferentes presentaciones que tenemos de la pimienta y sobre los usos del pimentón deshidratado. Y también me quedó la fiebre por incorporarle alcoholes a la comida (vino, whisky, cerveza, entre otros).

Cuando me mudé a la isla y me tocó cocinar ya instalado, lo primero que mi memoria tuvo el tino de sugerir, fue cocinar pollo. Pero parece que el pollo escasea en enero. Así que me conformé con unas piezas de pavo que compré en un supermercado. Pero no reparé en la compra de vino blanco y tinto (aún cargaba plata), ni en la de ají margariteño. Las especias si me las traje de Caracas. Llegué al apartamento y sofreí el pavo (tenía demasiada hambre para ponerme a marinarlo), y comencé a incorporarle vegetales, vino y especias. El resultado fue un pavo que acá denominamos ORG, rico en sabor, medio picoso y a la vez agradable (imaginaba que por el vino), que acompañamos con coles de Bruselas.

En estos días me toca inventarme una receta, una cosa súper difícil, puesto que parece que lo que uno inventa, ya alguien lo ha patentado (y si no lo creen, estoy seguro de que alguno de mis profesores dan fe de ello en un artículo o me lo harán saber al leer este post) y yo dándole vueltas a la cabeza me encontré la receta del Pavo ORG. Me parecía tan buena y tan simple, que decidí publicarla. Pero para estar seguro de que funcionaba la puse en práctica. Esta vez había pechuga de pavo en el mismo supermercado (efectivamente no había pollo, así como tampoco el pavo en otra presentación). No reparé en comprar dos tipos de vino, ají, vegetales y además tenía en casa un pote de melaza de caña. Y fue allí donde se complicó el asunto, gracias al gusto por experimentar. Esta vez el pavo tenía más carne y más elementos con los cuales ser preparados (y tenía yo menos ganas de comer también). El resultado es el Pavo ORG 2.0, tratando de ser un poco más cajún, pues esta vez el licor y las especias que tenía a mano me permitieron experimentar mucho más. Sin embargo opté por no utilizar tanto de las primeras y poner más ají margariteño, que pasó a ser el mejor sustituto a efectos del sabor que yo quería darle a mi plato.

Ahora bien, mi tarea de esta semana no solo es inventar una receta; la idea es inventar todo un plato y que el mismo sea correcto, que tenga equilibrio en cuanto a nutrientes. Así que teniendo ya esta proteína tan cargada, sus contornos tienen fibra y carbohidratos. La fibra está en un tabule, en el cual le hemos sustituido el tomate por auyama o por calabaza. Los carbohidratos son aportados por pan árabe (o pita, la cual no incluyo... El pan de pita toca comprarlo).

Pude haber escogido una ensalada diferente o un arroz para acompañar. Ambas pudiesen aportar fibra o carbohidratos. Pero parte de mi interés es mojar el contorno con la salsa del guiso y que quien la coma pueda hacerlo con las manos, lo cual es maravilloso. Esto es un plato que sirve de almuerzo. Pero también es un plato para sentarse a hablar con los panas con una cerveza al lado (lo cual incluiría más licor y un diurético) o bien para ver una película en casa.

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Pavo ORG 2.0, servido con Tabule de Auyama y pan pita.
(Para 2 personas)

El plato a servir en cuestión consta de 3 preparados previos:
-El pavo propiamente dicho, elaborado antes de servir (al rededor de 20 min de cocción)
-Tabule de Auyama elaborado 1 hora antes
-Pan árabe cortado en cuadros o triángulos de 5 cm de longitud, calentado en el horno 5 minutos antes de servir.

PAVO ORG 2.0
 
Para preparar este plato es conveniente tener todos los ingredientes preparados en su presentación indicada. Los vegetales ya cortados, la pimienta machacada/triturada en un mortero, el marinado elaborado, al igual que la melaza y la mantequilla. Esto facilita la elaboración del plato y sus contornos y nos ahorra tiempo. El pavo puede tener un tiempo de elaboración de 2 días, si se quiere un marinado más intenso.

Para el marinado
Ingredientes:

400 gr
de Pechuga de pavo
Troceada en dados
100 gr
de Cebolla
Cortada en tiras medianas
40 gr
de Ají margariteño
Cortado en tiras delgadas
20 gr
de Perejil liso
Bien picado
1 cucharada
de Melaza de caña

5 gr
de Pimienta negra
Triturada en mortero
1 taza
de Vino tinto

1 taza
de Vino blanco


Preparación

Marinar no es otra cosa que, a partir de líquidos y/o elementos particulares, aportar sabor y/o humedad a un alimento. En este caso lo hacemos con vegetales, especias, sustancias azucaradas y alcohol.

En un envase de 20 cm de ancho por 9 de profundidad, colocaremos el pavo, la cebolla, el ají y el perejil. Incorporamos el vino y la melaza, y mezclamos los ingredientes hasta que nos quede bien distribuido todo. También agregaremos la mitad de la pimienta. Se tapa el envase y se deja reposar por dos horas como mínimo (preferiblemente de un día para otro).

Para el guiso
Ingredientes:


400 gr
De Pechuga de pavo
Troceada en dados, marinada
100 gr
De Cebolla
Cortada en tiras medianas
40 gr
De Ají margariteño
Cortado en tiras delgadas
1 cucharada
De Melaza de caña

2 ½ cucharadas
De Mantequilla
No derretida
10 gr
De Jengibre
Cortado en cuadros muy pequeños
20 gr
De cilantro
Bien picado

De Sal refinada

5 gr
De Pimienta negra
Triturada en mortero


Preparación:

Del envase donde marinamos vamos a retirar los trozos de pavo. Cuidaremos de no sacar el líquido ni los vegetales. Dejaremos escurrir el pavo con un colador encima del mismo líquido en el cual marinamos.
En un caldero de 20 cm de ancho por 9 de profundidad (o de dimensiones parecidas) agregamos la mantequilla y la melaza. Dejaremos calentar a fuego medio y mezclaremos ambas. Cuando comience a reducirse la mezcla dejaremos desaparecer el líquido casi totalmente, aumentamos la temperatura e incorporamos nuestros trozos de pavo secos y los sellamos (cocinamos un poco por todos lados), sofriendo hasta que cambien de color.
Cuando esté sellado el pavo, agregando el ají y la cebolla dejamos cocinar por 3 minutos. Entonces despegamos del fondo con una paleta lo que tenemos en el caldero, incorporando el líquido del marinado. Llevamos a hervir.
Una vez en punto que comience a hervir bajamos el fuego hasta la mitad, agregamos la pimienta y el jengibre. Cocinamos por 8 minutos más y agregamos la sal (al gusto) y el cilantro, para dejar cocinar dos minutos más, nivelando la sal al punto deseado. Entonces retiramos del fuego, tapamos y dejamos reposar unos dos minutos antes de servir.


Tabule con auyama
TABULE CON AUYAMA (o calabaza).

Intencionalmente se sustituye el tomate por una verdura. La misma aporta menos ácido úrico al preparado y aporta mayor cantidad de fibra, ya que no eliminamos la concha de la auyama/ calabaza. También variamos las hierbas con las cuales se prepara el tabule, donde en vez de tener solo perejil lo mezclamos con cilantro.

Para el trigo.
Ingredientes:
3 cucharadas de trigo partido
1 lt. de agua mineral

Preparación

En un recipiente colocamos el trigo partido y agregamos agua, cubriendo un centímetro por encima de la medida de este. Dejamos hidratar por 90 minutos.

Para la auyama o calabaza.
Ingredientes:

1/2 lt de agua mineral
200 gr de calabaza (o auyama) con concha
Sal refinada

Preparación.

Rebanaremos la verdura en rodajas de no más de un centímetro de espesor.
En una olla llevaremos a hervir desde cero la auyama/calabaza, en unas 4 tazas de agua y sal al gusto. Cocinaremos hasta que la verdura esté al dente. Tendremos a mano un recipiente con agua a temperatura ambiente (o fría). Una vez que la verdura esté como esperamos, colocaremos las rodajas en el recipiente con agua a temperatura ambiente para detener la cocción. Dejamos reposar unos minutos y escurrimos. Dejamos reposar en un recipiente y luego cortaremos las rodajas en dados de no más de 1 cm de longitud.

Para armar el tabule.
Ingredientes

3 cucharadas de trigo partido previamente hidratado
200 gr calabaza o auyama, hervida con concha y cortada en dados
50 gr de perejil liso bien picado
50 gr de cilantro bien picado
2 cucharadas de zumo de limón
3 cucharadas de aceite de oliva
Sal refinada

Preparación.

En un recipiente colocamos el cilantro, el perejil y la verdura. Mezclamos hasta distribuir equitativamente los ingredientes. Incorporamos el trigo y el zumo de limón y volvemos a mezclar. Incorporamos el aceite de oliva y mezclamos nuevamente. Agregamos sal al gusto.

Para finalizar.

Para servir debemos tener elaborado nuestro tabule una hora antes, el pavo retirado del fuego unos 5 minutos y recién caliente el pan árabe. Servimos en un plato llano a manera de triángulo el tabule el pan y el pavo. Debemos cuidar una distancia entre ellos, para no mezclar los sabores antes de tiempo. Podemos en un recipiente a parte algo de la salsa del guiso y colocarlo al lado del plato.

Pavo ORG 2.0
Otra manera es colocar separadamente el pavo y el tabule en platos pequeños y hondos y el pan en uno más grande, a manera de dar la idea de degustación. El pan árabe lo podemos sustituir también por otro, siempre y cuando no tenga mayores contenidos de gluten y azúcar.

sábado, febrero 07, 2015

Clase desde un peñero: Cultivos de mejillón

En efecto, el mejillón puede cultivarse. En La Guardia, Pilar Cabrera y Niels Petersen se han dedicado a esto y no solo son reconocidos porque cultivan: Han recuperado el casi extinto mejillón negro (El llamado Perna Perna). Para entender cómo funciona el cultivo tienes que montarte en el peñero y dejar que el guía (Xavier en el caso de mi bote) te eche bien el cuento. Primero te indican donde estás ubicado y te dan puntos de referencia que los mejilloneros utilizan para atender el espacio. De hecho, son los mismos principios que se usan desde la antigüedad, solo que de día no ves las estrellas y debes adecuar los puntos de referencia. El recorrido continúa con una parada cerca de los límites de La Guardia y te lanzas a la playa para aprender a diferenciar un chipi-chipi de guacuco. Claro que tendrás que pescar tu espécimen con una bailada dentro del mar: Los pies hacen una "v" y zapateas haciendo un hueco, donde el guacuco queda atrapado. Se dice fácil. Pero es para admirar a quién se dedica a ello, sobre todo bajo el solazo.


Luego, de vuelta al bote y a buscar los mejillones. Algunos de los tripulantes (mis compañeros de clase con los guías del recorrido) nadan y extraen una masa amorfa marrón, que ya cerca defines como un cúmulo de mejillones adheridos a una superficie. Xavier explica la diferencia entre uno y otro y su hija, quién nos acompaña (ese día no tenía escuela), nos enseña también a cómo separarlos para luego comerlos. Es un trabajo delicado, porque dependiendo de lo que hagas, matas antes de tiempo al mejillón. Si lo vas a devolver al mar, no le arranques las barbas. Otro de los guías (Niels), nos explica algunos detalles que permiten diferenciar un mejillón de otro y cuenta que el verde acaba con el negro; un compañero de clase (Henry, quién es biólogo marino) explica también la adaptabilidad de algunas especies a nuevos hábitats y cómo llegan a nuestras costas a causa de los barcos que van de un continente a otro.

La siguiente parada es una balsa, donde está propiamente ubicado el cultivo. El olor incomoda (gracias a las aves), pero te olvidas rápidamente cuando inicia la explicación de cómo se siembra el mejillón. Básicamente, ellos se adhieren a cualquier superficie, así que el truco es amarrarlo a nuestro lugar de interés, tomado en cuenta la profundidad necesaria para que ellos puedan crecer. Cuerdas de dos metros de longitud y redes (o preferiblemente un tipo de gasa que no tenemos en Venezuela) permiten colocarlos y forzarlos a adherirse. Luego a vigilar y esperar unos tres o cuatro meses.

Llegamos finalmente a la orilla y nos ofrecen una degustación de cuanto pescamos. En una plancha de zinc ardiente se colocan los mejillones y se dejan cocinar unos minutos. Las conchas se abren con el calor y sabemos que no quedará ni uno allí. Algunos prefieren los blancos y otros los prefieren rojos (hembra o macho respectivamente)... Pero asados y con limón, como vengan.

Datos curiosos:
  • Los mejillones tardan 3 a 4 meses en ser recolectados si son de cultivo, en el caso de La Guardia. No tienen el problema de la veda y permiten que otros ecosistemas se recuperen.
  • Los barcos transportan larvas y huevos de diferentes especies en sus filtros.
  • Los mejillones deben ser retirados a mano.
  • Las "barbas" son parte del mecanismo de sujeción del mejillón. Al retirárselo le impides sobrevivir al ser devuelto al mar.
  • Muchos países tienen prácticas de cultivo (mejillones, salmón, etc). No tocan otros ecosistemas para obtener producción.
  • En una balsa puedes amarrar hasta 110 cuerdas, de las cuales obtendrás más de un metro de longitud, cubierto por mejillones.



Una frijolada para Semana Santa

Así como se tienen incursiones como cocinero, se tienen incursiones siendo comensal. Hace casi un año, un amigo me recomendó pasarme por La Asunción el viernes santo y ser testigo de los reconocimientos que los palmeros y cargadores del Santo Sepulcro dan a quienes sobresalen en estas tareas. Estos señores tienen una jornada bien larga, durante la cual deben reponer energía. Todos colaboran entonces en el preparado del combustible: La Frijolada. Esta preparación no era en un principio abierta al público, pero hace unos quince o dieciséis años comenzaron a compartirla con el resto de los asuntinos y asistentes a la ceremonia. Yo tuve el honor de asistir (confieso que llegué casi coleado, porque no entendí al principio de que se trataba el asunto, pues a mí solo me mencionaron la frijolada en cuestión) y quedarme a ver toda la actividad. Llegado el momento hice mi cola (y me tocó lavar una tapara dada la fluencia de comensales) y recibí una ración que mi namorada y yo devoramos con gusto. Este plato no era otra cosa que poesía a base de granos. Casi había culpabilidad.

Durante la jornada de Margarita Gastronómica 2015, me anoté en La Ruta Asuntina (un recorrido por diferentes locales dedicados a la restauración en La Asunción), la cual culminaba con un frijolada.  El chef Sumito Estévez habló de este manjar y el cómo se llega a darle espesura al guiso. Comentó que llevaba hasta chimbombó, planta herbácea que para mí era un fantasma persecutorio, del cual huía en mi niñez y adolescencia... Y en verdad qué ganancia descubrir cuanto lo has disfrutado de esta manera tan accidental.

Dejo acá para ustedes (en parte porque es una asignación académica), la receta y preparación de La Frijolada Asuntina.

Los ingredientes:

La preparación: