sábado, noviembre 20, 2010

Retazo poético / Poetic snippet

A veces, simplemente vivimos en la neblina.

Algunos preferimos esa confusión que tiene el agua,

donde ella misma no logra tocar algo de manera tajante;

más bien se hace ella misma sueño, porque toca a tiempos;

sin ser muy obvia, deja su marca.

 

Vivir en la niebla: habitar dentro del mundo  y a la vez fuera de él.

Es poder lanzar una mirada al exterior

y en ella escapar a todo contacto directo con el otro.

Es adentrarnos en nuestra sombra que nos da cobijo;

poder aceptarnos sin rendir cuentas.

 

Pues…

¿De qué rendir cuentas? ¿A quién?

¿A  mi? Pecados contra mi mismo.

¿A otros? Pecados de ausencia, pecados de amnesia, de hastío, de filantropía,

de egoísmo, de intolerancia, de inoperancia, …

 

Vivir en la niebla, vivir dentro y a la vez fuera del mundo

Y quizá tener una alfombra etérea donde sentarse,

para entonces contemplar aquello que produce melancolía,

todo aquello que uno aprecia, pero no puede (o quiere) palpar,

de manera que por nuestra ausencia ayudamos a que siga allí,

que nuestra oscuridad ayude a que aquello ilumine,

o nuestra luz no altere esa oscuridad que otro necesite para existir.

 

La niebla no es otra cosa que espacio...un bosque de sombra… y un bosque de luz.

Un juego constante, donde la sombra permite ver otras cosas

y la luz lastima tanto, como para no querer ver.

Hay oscuridades que arrojan verdades;

hay luces que solo producen duda.


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Sometimes, we simply live in the fog.

Some of us prefer that confusion that water has,

where it itself does not manage to touch something in a clear-cut way;

rather water makes itself a dream, because it just touches anything at times;

without being very obvious, it leaves its mark.

 

To live in the fog: to inhabit inside the world and at the same time outside of it.

It is to be able to cast a glance to the outside

and in it to escape all direct contact with others.

It is to enter into our shadow that shelters us;

to be able to accept ourselves without being accountable.

 

But as a matter of fact…

Accountable to whom?

To me? Sins against myself.

To others? Sins of absence, sins of amnesia, of boredom, of philanthropy, of selfishness, of intolerance, of inoperativeness, ...

 

To live in the fog, to live inside and at the same time outside of the world.

And perhaps to have an ethereal carpet to sit on,

to then contemplate that which produces melancholy,

all that one appreciates, but cannot (or does not want to) touch,

so that by our absence we help it to remain there,

that our darkness helps that which illuminates,

or our light does not alter that darkness that another needs to exist.

 

The fog is nothing but space... a forest of shadow... and a forest of light.

A constant game, where the shadow allows us to see other things

and the light hurts so much, as not to want to see.

There are darknesses that shed truths;

there are light that only produce doubt.


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