lunes, abril 27, 2020

Heroestócrata

Lunes 27 de abril de 2020 y seguimos en cuarentena. NO voy a insistir mucho en la situación de resguardo que todos tenemos.
 
En la conversa mañanera de hoy salió a colación el tema de los héroes y en particular Batman. Escuchamos en estos días fuera de casa  (en una excursión corta a la tienda), un comentario  donde Batman solo es un heroe proclive a defender a banqueros y personajes de cuello blanco. Por supuesto salí yo  a defender a uno de mis personajes favoritos, que - ¿cómo va a ser?-, - que hay razones para decir lo contrario-, etc., etc., etc. La cosa es que no nos quedamos con Batman y comenzamos a hablar sobre una amplia selección de héroes y de ahí nació está publicación.


Me da por defender a Batman,  siendo este uno de mis personajes favoritos, considerando que tiene una evolución interesante  en la historieta, el cine, la tv y en videojuegos. Grosso Modo, es un individuo que representa elementos oscuros del comportamiento humano, está caracterizado por una psique perturbada: Se disfraza de persona común y corriente, con defectos alternativos para mostrarse y codearse con la sociedad. Para él su atuendo de murciélago no es el disfraz: Es un atuendo que le permite ser él mismo, un hombre que no puede adaptarse a nuestra normalidad. Utiliza su oscuridad para devolver algo de luz al entorno, explorando Ciudad Gótica en la noche, librándola de las amenazas, en un esfuerzo incansable por acabar con el crimen, para que otros puedan tener su vida un poco más tranquila.
Vale la pena revisar una historieta inspirada a El Gabinete del Dr. Caligari(1920), donde se le concede a Batman el dominio sobre la noche de una manera más “amplia” (y hasta allí los spoilers).


Por supuesto esa es mi percepción de Batman, vagamente comentada. No es sin embargo mi intención emitir una mera opinión. Me llamó la atención ese comentario en la tienda, por cómo se establece la distancia entre un personaje que podemos tildar de heroico, en relación el común de los mortales,  partiendo de la noción de estatus económico y social. Es una distancia muy propia de nuestros días, donde si alguien resuena a plata hay cierta antipatía o me suena ajeno, donde esa plata me permite catalogar algo de bueno o  malo. Es clásico. Y para ampliarlo un poco, tengo dos casos similares bajo la manga.
El primero es Robin Hood, bastante pervertida su imagen a través de las épocas: Un hombre que roba a los ricos para dar a los pobres. El otro es Simón Bolívar, El Libertador, defensor de las causas justas, y la libertad que negaban a los venezolanos esos malvados españoles. Y en los dos últimos casos se omite el origen aristocrático de ambos. Por ello esta publicación es un intento de comentar ese desacierto que tenemos ante personajes ficticios, que por supuesto terminan ilustrando nuestras ideas sobre justicia, sociedad, riqueza, entre muchas otras ideas que pueda uno incluir.




Un asunto de Ficción vs. Realidad.


Antes de meterse de lleno con el tema aristocrático, es importante curarse en salud con el tema de Realidad Vs. Ficción. Es un argumento que resulta como la navaja suiza para desmantelar publicaciones como esta.

Sí, Batman es un personaje ficticio. Fue creado en el siglo XX en Norteamérica y responde a un contexto social particular. Es poco factible que exista un referente real (un tipo rico y perturbado que se disfraza de murciélago y sale de noche a combatir el crimen). Imagino que en Latinoamérica al menos, sería más lógico un tipo de clase media que se coloca un pasa montañas y sale a caerle a palos a los malandros, lo cual también resulta poco creíble.

Robin Hood por su lado es un personaje que tiene un referente histórico, cuyo origen es medieval. Su historicidad sin embargo, es dudosa. Hay al menos ocho orígenes posibles para el personaje. Y en muchas versiones es como mínimo un hombre de clase social pudiente. Lo que quiere decir que no es precisamente POBRE. En todo caso, las historias más difundidas en el último siglo (a través del cine y la televisión), hablan de un noble al cual han dejado en desgracia, quitándole injustamente sus tierras. Este decide dedicarse a la justicia, para lo cual una de sus principales acciones es robar a los ricos y dar a los pobres. Y caemos en que también es un personaje ficticio, solo que con posible origen histórico.

Finalmente Simón Bolívar. De estudiante me tocó hacer una monografía que se dificultó gracias a que las fuentes consultadas, muchas veces caían en vanagloriar y no en describir. En Venezuela, el estudio de El Libertador, quien sabemos sí existió de manera comprobada, cuyo origen histórico es innegable (al menos hasta dentro de mil años), no escapa de los adornos que se colocan a su figura. Se le describe según el interés de aquello que se busca resaltar. Por supuesto se deforma la figura cuando se altera su estatura física, sus rasgos y hasta su origen materno. Todo esto ya da para otra publicación. En todo caso tenemos un personaje transformado y ficcionalizado con un motivo u otro, en tanto nos alejemos de las fuentes históricas y demos peso al folklore, la leyenda, el cuento. Por ello, a efectos de la publicación, no estamos hablando de personajes históricos, si no la versión ficcionalizada de los mismos, que de todas maneras nos afectan y promueven nuestra simpatía o antipatía.




El origen aristocrático.


En el grueso de las historias de estos personajes lo primero que podemos resaltar siempre son valores que convienen a nuestro discurso y más todavía si ellos luchan por nuestras concepciones de “justicia”, “lo correcto”. Parece quedar de lado cualquier otro aspecto, salvo por los atributos que nos interese resaltar: Batman es prácticamente de los mejores peleadores de artes marciales y casi imposible de detectar; Robin Hood desaparece como un fantasma en el bosque de Sherwood, es un hombre de armas, excelente arquero (nunca falla) y es buen espadachín. Tiene en la más alta estima a la mujer y en buena defiende a su prójimo. Bolívar tenía la resistencia de diez hombres, capaz de resistir las condiciones más adversas, era un genio político, el máximo estratega militar, un defensor de sus pares nacidos en América. La personalidad y el origen no importan. ¿O Sí?

Todos ellos son de algún modo parte de una aristocracia. Es una de las características que les diferencian del resto de los hombres, sin que haya algo de peyorativo para con quien no es aristócrata. Bruno Díaz (Batman) es un experto en cualquier cantidad de disciplinas que le permiten realizar sus oficios nocturnos, cuenta con los medios económicos para promover su acción persecutoria y no morir de hambre en la faena. A medida que profundicemos en las historias, el murciélago discrimina muy bien la justicia que imparte: No mata, los mafiosos implican un peligro diferente al de los rateros, igual que desmantelar las intenciones y acciones de un rico que de paso es criminal llevará una planificación diferente. Pero Batman también mantiene orfanatos y hospitales. Y es bastante eficiente en ello.

Robin Hood, por su parte ha tenido que saber de administración en el sentido más amplio, para poder sobresalir como pudiente en la edad media o al menos tener idea del trabajo de la tierra (y hacer rentable el trabajo de bandolero posteriormente). No se queda en el mero hecho de robar (en algunas historias). Lo que requisa es aquello que los corruptos del reino cobran injustamente al pobre. Y entre los ricos hay nobles que avalan lo que hacen los bandoleros, aunque de manera silente, no vaya a ser que les toque ser bandoleros también.

Simón Bolívar era rico de cuna y lo disfrutó, por lo menos, hasta dedicarse a la gesta libertadora, lo que le permitió estudiar y viajar para enriquecer su intelecto. Bolívar era capaz de hacer aquello mismo que indicaba a sus subalternos. No tenía problema en montarse en el caballo y domarlo. Y muere pobre, deseando lo mejor para aquellos que considera sus paisanos. Pero incluso antes de irse a luchar en la gesta, Bolívar era un buen aristócrata, no tolerando comportamientos dañinos para quienes sirven o trabajan. Tan bueno, que le generó problemas con sus pares.


En el cuento de cada uno, su origen aristocrático les da la posibilidad de ir más allá. No es fortuito el mensaje. No pareciesen representar a una élite despreocupada o distante de sufrir como el resto de los mortales. Parece más bien la idea de aristocracia referida al grupo de personas, una élite que sabe, que está formada, que se destaca por su excelencia. No tiene que ver con la idea de élite despreocupada y ajena al mundo en el cual vive. Y para nada estaría mal la simpatía que podamos tener con ellos, desde cierto puto de vista.