Si vais a la felicidad llevad sombrilla (Ramón Gómez de la Serna)
Eso de que el amor duele… Que es cursi para algunos… A mí me
parece un asunto muy serio, coherente y sobre todo real…
Duelen todos los nervios; duele el abdomen, la cabeza, los
brazos, las piernas… Y termina por doler aquello que no se puede tocar:
Lo que hueles, lo que piensas... el aire te duele… Es el
aire lo que te duele… Y te va a doler más su ausencia, aunque sea de pocas
horas… Y con intensidad, porque no hay de otra…
Y... ¿Cómo no va a doler? … Si es algo
que se te ha enredado en los hilos que van hasta el cerebro, pasando por todo el sistema nervioso… Termina por
filtrarse a todos los sentidos… Y la racionalidad lo acoge en ocasiones, sin poderle medir.
Quitarse ese entramado, es perderse… Uno queda como una lona, seco y duro… Es como
un filete sin jugo… Carente de gusto… Simple… ¡No! Ni siquiera simple… Insípido…
No es que uno quiera sufrir… No
es que uno quiera que duela… ¡No, no! … Pero a veces es así...